Las elecciones son un mecanismo fundamental de la democracia, que permite a los ciudadanos expresar su voluntad y participar en el gobierno de su país. Sin embargo, no todas las elecciones son libres, justas y transparentes. En algunos casos, las elecciones son utilizadas por los regímenes autoritarios como una forma de legitimarse y perpetuarse en el poder, sin respetar los derechos humanos ni las normas electorales.
Las elecciones en dictaduras suelen tener las siguientes características:
- Falta de pluralismo político: Los partidos de oposición están prohibidos, reprimidos o cooptados por el régimen. Los candidatos independientes tienen pocas o ninguna posibilidad de competir. Los medios de comunicación están controlados o censurados por el gobierno. Los ciudadanos no tienen acceso a información diversa y veraz sobre las opciones electorales.
- Manipulación del proceso electoral: El régimen controla el órgano electoral, el padrón, la distribución de escaños, el financiamiento, la observación y el escrutinio. Se recurre a prácticas fraudulentas como el relleno de urnas, la alteración de actas, el voto múltiple o el robo de votos. Se ejerce presión o coacción sobre los electores para que voten por el candidato oficial o se abstengan de votar.
- Ausencia de garantías para el ejercicio del voto: Los electores no tienen libertad ni seguridad para expresar su preferencia. Se violan los principios de secreto, universalidad, igualdad y periodicidad del voto. Se vulneran los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, como la libertad de expresión, asociación y manifestación. Se reprime o persigue a los disidentes, activistas y observadores electorales.
En este contexto, votar no es elegir, sino validar una farsa electoral que no refleja la voluntad popular ni representa los intereses de la sociedad. Las elecciones en dictaduras son una herramienta de control social y propaganda política que busca crear una imagen de legitimidad y estabilidad ante la comunidad nacional e internacional.
Algunos ejemplos de elecciones en dictaduras son las siguientes:
- Corea del Norte: El país asiático es gobernado por la dinastía Kim desde 1948. El Partido de los Trabajadores de Corea es el único partido legal y el líder supremo Kim Jong-un es el único candidato a la presidencia. Las elecciones se realizan cada cinco años y tienen una participación del 99% y un apoyo del 100% al régimen.
- Siria: El país árabe está sumido en una guerra civil desde 2011, que ha causado más de 500 mil muertos y millones de desplazados. El presidente Bashar al-Assad ha ganado cuatro elecciones consecutivas con más del 90% de los votos, en medio de acusaciones de fraude y violencia. La oposición y gran parte de la comunidad internacional no reconocen la legitimidad de las elecciones.
- Venezuela: El país sudamericano ha sufrido una grave crisis política, económica y social desde 2013, cuando Nicolás Maduro asumió el poder tras la muerte de Hugo Chávez. Maduro ha ganado dos elecciones presidenciales con más del 60% de los votos, pero con una alta abstención y denuncias de irregularidades. La oposición y gran parte de la comunidad internacional consideran que Maduro es un dictador que ha violado la Constitución y los derechos humanos.
Estos casos muestran que las elecciones en dictaduras no son una expresión genuina de la democracia, sino una simulación que busca ocultar la falta de libertad y pluralismo político. Por ello, es necesario promover la defensa y el fortalecimiento de las instituciones democráticas, el respeto a los derechos humanos y la participación ciudadana como pilares fundamentales para una sociedad justa y pacífica.
